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La última carta de Irene

"Salí de fiesta mamá. Fui a una fiesta y me acordé de lo que me dijiste. Me pediste que no bebiera alcohol. Bebí un Sprite. Sentí orgullo de mí misma. Hice una buena elección y tu consejo fue correcto. Cuando la fiesta terminó la gente empezó a conducir sin estar en condiciones... aunque yo me fui a mi coche con la certeza de que iría a casa en paz. Nunca podría imaginar lo que me esperaba mamá...
Ahora estoy tirada en la carretera y oigo a un policía decir: “el chico que provocó el accidente iba borracho". Mamá, su voz parecía tan distante...
Mi sangre está por todos lados y estoy intentando con todas mis fuerzas no llorar.
Puedo oír a los médicos diciendo: "la chica va a morir".
Él, como yo, también había salido de fiesta pero él si decidió beber y conducir.
Y ahora yo tengo que morir...
¿Por qué las personas hacen esto mamá?
El dolor me está cortando como un centenar de cuchillos.
Di a mi hermana que no se asuste, mamá, dile a papá que sea fuerte, os quiero mucho.
Me gustaría que me dieseis un último beso...
Alguien debería haber dicho a aquel chico que está mal beber y conducir...
Tal vez si sus padres se lo hubiera dicho yo ahora estaría viva...
Mi respiración se está debilitando, mamá, y tengo mucho miedo...
Se que son mis últimos momentos y me siento tan desesperada... Me gustaría que me pudieras abrazar, mamá, mientras estoy estirada aquí.
Me gustaría poder decirte que te quiero, mamá...
No siento mi cuerpo. No puedo más.
Mamá, te quiero. Adiós..."

Estas palabras fueron escritas por un compañero periodista de Informativos Telecinco que presenció un accidente de tráfico. La joven susurraba estas palabras a los presentes, servicios de urgencia y demás, mientras agonizaba en el arcén. El periodista las recordó y las recogió. Y hace unos días llegaron a mi correo electrónico. No tengo, por tanto, ningún mérito en su redacción.
Sólo las he reproducido.
No se me ocurre mejor editorial.
Ni mejor homenaje.
Ni mayor desprecio hacia quienes provocan que cada día haya Irenes muriendo en los arcenes.
Un recuerdo emocionado, bella Irene.

Este texto es la editorial de este més de una de las revistas que hace la empresa en la que trabajo, Motoviva.
Dan mucho que pensar, y sobretodo a los que vamos encima de una moto. Muchas veces entonas el "yo controlo" y seguramente debe ser cierto, pero hay mucha gente que no lo hace. Es peligroso, y como bien dice SR, la mala fortuna (llamese accidente) te la puedes encontrar a la vuelta de la esquina.
Se que el texto es duro, pero si algo te llega muy adentro, creo que debo ponerlo.
Allá donde estes Irene, sepas que nos acordaremos de ti.
Rafagas al cielo ...

2 comentarios

Kanaya y Cak -

A veces todos nos sentimos un poco familiares de esas Irenes....

Como bien dices... Ráfagas al cielo y V'sss en señal de duelo.

Marta -

Impresionante testimonio. Muchos jovenes deberían entender que no depende sólo de ellos el conducir, y que no están solos en la carretera.